Desde este lunes en Caracas comenzaron a verse tres de los seis nuevos billetesdel cono monetario venezolano. Las piezas, de 500, 5.000 y 20.000 bolívares, están siendo entregadas a través de las taquillas de la banca pública y privada y han entrado en circulación casi un mes después de lo previsto. El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha atribuido la tardanza a una supuesta conspiración internacional, pero no ha enseñado las pruebas que lo respalden
Las nuevas denominaciones, que también incluyen billetes de 1.000, 2.000 y 10.000 y monedas de diez, veinte y cien bolívares, facilitarán el pago con dinero en efectivo en un país donde la mitad de la población no está bancarizada. Los billetes se ajustan a la rampante inflación de Venezuela, la más alta del mundo, y traerán de vuelta el uso de las billeteras, que habían pasado a ser un objeto en desuso por la gran cantidad del papel moneda de cien bolívares, el de más alta denominación hasta este lunes, que había que entregar a cambio de bienes y servicios.
En un esfuerzo que luce como una forma de evitar el uso de efectivo, el régimen ha ofrecido rebaja de dos por ciento del Impuesto al Valor Agregado a las transacciones con tarjetas de débito y mediante transferencias. Ni esa ni otras medidas han tenido éxito en el esfuerzo de recortar la brecha entre la tasa de cambio Dicom, en torno a los 675 bolívares, un tipo de cambio flotante que es regulado por el Banco Central de Venezuela, y la cotización de la moneda estadounidense en el mercado negro, el verdadero marcador que rige los costos de reposición en los comercios.
Cuando a principios de diciembre, en una sorpresiva decisión, Maduro ordenó sacar de circulación el billete de cien bolívares en 72 horas, el mercado reaccionó con una caída en barrena del precio de la divisa en bolívares. Pero con el paso de los días y la tardanza en la entrada de circulación de las nuevas piezas el dólar volvió a repuntar lentamente y se acerca a la cotización que tenía a finales de noviembre (4.500 bolívares por dólar). El Presidente se vio obligado a prorrogar dos veces la vida del billete de cien. La última extensión la anunció el domingo, durante la presentación de su mensaje a la Nación desde la sede del Tribunal Supremo de Justicia.