La operación de demolición de varias edificaciones sin permiso en el poblado beduino de Umm al Hiran, en el desierto del Negev (sur de Israel), ha desembocado este miércoles en graves disturbios que se han saldado con dos muertos y al menos cinco heridos. El policía judío israelí Erez Levi, de 34 años, falleció al ser atropellado por el vehículo que conducía el profesor árabe israelí Yakub Musa Abu al Quian, de 47 años, quien fue abatido a tiros por otros agentes.
Después de haber perdido ante el Tribunal Supremo la última batalla legal para mantener sus viviendas y almacenes, los vecinos de Umm al Hiran se disponían a primera hora de la mañana a oponer resistencia a la orden de desalojo, que se iba a llevar a cabo con un gran despliegue de seguridad. El Gobierno israelí aprobó en noviembre de 2013 la construcción en esos mismo terrenos de un nuevo poblado para residentes judíos.
La versión policial choca con la ofrecida por organizaciones que apoyan a la comunidad beduina, que agrupa a unas 200.000 personas en Israel entre población nómada y asentada. Según el relato de los hechos recabado por la ONG israelí Adalah, que ejerce la defensa legal de los beduinos, el profesor de matemáticas Yakub Musa Abu al Quian salía con su vehículo del poblado cuando perdió el control tras haber sufrido el impacto de un proyectil. El activista en defensa de los derechos humanos Michal Haramati, que se encontraba en Umm al-Hiran, dijo a Reuters que el vehículo no se dirigía contra los policías. “Pero de repente giró colina abajo sin control hasta que impactó contra los agentes”, precisó este testigo.
El diputado Ayman Odeh, presidente de la Lista Conjunta Árabe (coalición de partidos que representa en el Parlamento israelí a la minoría árabe del país, cerca de un 20% de la población), resultó herido en los enfrentamientos al ser alcanzado por una bala de goma en la cabeza. El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, acusó a Odeh de haber incitado a los beduinos a resistirse a la policía. Tras condenar el “ataque terrorista” en el que murió el agente, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, afirmó: “Debemos hallar una solución (para la comunidad beduina) y un plan para lidiar con esta compleja cuestión antes de que sea demasiado tarde”.