El presidente de Bolivia, Evo Morales, está cerca de ganar la reelecciónen primera vuelta tras un sorpresivo anuncio de las autoridades electorales que ha elevado al máximo la tensión en el país.
De acuerdo con los resultados oficiales, Morales, candidato del Movimiento Al Socialismo, obtuvo los votos suficientes para ganar la presidencia en la primera vuelta electoral.
El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE) informó que, con más del 95 por ciento de los votos escrutados, Morales obtuvo un 46.86 por ciento, mientras que el opositor Carlos Mesa, de la formación Comunidad Ciudadana (CC), llevaba el 36.73 por ciento.
Sin embargo, imperaba un clima de suspicacias debido a que el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) suspendió la noche del domingo el escrutinio de los votos en un conteo rápido TREP, que fue reanudado tras casi 20 horas de parálisis.
Para evitar una segunda vuelta, Morales requería superar el 40 por ciento y sacar al menos un 10 por ciento de ventaja al segundo candidato, con lo que aseguraría un cuarto mandato hasta 2025.
Los resultados preliminares fueron leídos en la Sala Plena del ente electoral.
Militantes del CC gritaban “¡fraude! ¡fraude!”, en tanto que los del oficialismo respondían gritando ¡asesinos! ¡asesinos!
Mesa denunció un «fraude escandaloso» y tachó al TSE de «vergüenza para el país».
Las protestas no se hicieron esperar.
En Sucre (sureste) y en Potosí (suroeste), enardecidas muchedumbres incendiaron los tribunales electorales departamentales. En La Paz se registraron choques con la policía, mientras la oficina del partido gobernante, el Movimiento Al Socialismo (MAS) era destruida en Oruro (sur).
Los incidentes también alcanzaron a las ciudades de Tarija (sur), Cochabamba (centro) y Cobija (norte), donde la policía dispersó a los manifestantes.
En Riberalta, departamento Beni (noreste), los manifestantes destruyeron una estatua del fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez, aliado de Morales.
BLOQUEAR EL PAÍS
Y para el martes, la movilización se prevé mayor y más organizada.
El sindicato de médicos, que mantuvo una huelga de más de un mes por reivindicaciones laborales, anunció movilizaciones en todo el país.
Hoy se juega la democracia», dijo su líder, Luis Larrea.
Fernando Camacho, presidente del poderoso Comité Pro-Santa Cruz (rica región del este del país), un colectivo de derechas que agrupa desde empresarios hasta asociaciones de vecinos, llamó a «bloquear el país».
La influyente plataforma civil Conade, que agrupa a comités cívicos de todo el país, anunció también una «resistencia civil» ante la posible victoria de Morales.
Su líder, Waldo Albarracín, que recibió un golpe en la cabeza en una trifulca callejera con miembros del oficialismo, denunció que «se consuma un fraude monumental» y convocó «al pueblo a estar alerta».
Ante el clima de violencia, la Iglesia católica llamó a «la paz y serenidad» y urgió al tribunal electoral (TSE) «a cumplir con su deber de árbitro imparcial».
La ventaja de Morales fue cuestionada por la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que llegó a Bolivia para observar las elecciones presidenciales y legislativas del domingo.
La Misión de la OEA manifiesta su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas (el domingo, y que estaban orientados hacia una segunda vuelta entre Morales y Mesa)”, dijo en un comunicado.
El OEP paralizó la difusión del escrutinio el domingo, tras un primer y único informe de conteo rápido del 84% de las actas que daba un 45.28% a Morales y un 38.16% a Mesa, datos que anticipaban un balotaje el 15 de diciembre.
MESA PIDE MOVILIZACIÓN CIUDADANA
Mesa, que fue presidente de Bolivia de 2003 a 2005, denunció un «fraude» y anunció que no reconocería los últimos resultados provisionales.
No vamos a reconocer esos resultados que son parte de un fraude consumado de manera vergonzosa y que está colocando a la sociedad boliviana en una situación de tensión innecesaria», declaró Mesa el lunes en la noche.
Mesa, historiador y periodista de 66 años, llamó a una «movilización ciudadana» hasta que se difunda el resultado definitivo.
El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, responsabilizó a Mesa por los disturbios.
No corresponde convocar a la violencia y la confrontación, esa no es una actitud democrática», señaló.
Estados Unidos expresó su preocupación y llamó a restablecer la «credibilidad y la transparencia» del proceso electoral en Bolivia, una línea a la que se sumaron los gobiernos de Argentina, Brasil y Colombia.
Morales, que cumplirá 60 años el sábado, dijo que confiaba en la votación de las zonas rurales para evitar la segunda vuelta.
Su decisión de volver a postularse es mal vista por un segmento de la población y fuertemente criticada por la oposición, que creen que su victoria conducirá Bolivia hacia una autocracia.