En el Departamento del Tesoro de EE.UU. existe un plan secreto sobre el límite de endeudamiento elaborado por la Administración del expresidente del país, Barack Obama, que podría conducir a la primera morosidad en la deuda de la historia norteamericana. Y los operadores de bonos se muestran preocupados ante la posibilidad de que el actual mandatario estadounidense, Donald Trump, se veo obligado a usarlo, informa Bloomberg.
El Gobierno de EE.UU. alcanzará su límite establecido de endeudamiento en octubre, según las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso. La Administración Trump ha pedido al Congreso elevar el límite máximo para este mes de octubre, pero las autoridades sufren las mismas complicaciones que en su momento afrontó la Casa Blanca bajo el mandato de Obama: los legisladores, en su mayoría republicanos, que quieren usar el límite del endeudamiento como palanca para efectuar controvertidos cambios de las políticas.
Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EE.UU., ha asegurado que existen «planes y planes alternativos» para mantener la solvencia del Gobierno durante el mes de septiembre. Los operadores de bonos sospechan que con estas palabras el político se refirió a las preparativos que Obama realizaba en 2011 y que suponen dar prioridad a los pagos en valores del Gobierno sobre otras obligaciones.
La nación casi incumplió su techo de deuda hace seis años y en aquel momento la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro elaboraron planes de contingencia que se mantenían en secreto hasta enero de 2012.
«Una idea realmente terrible»
«Supongo que el plan b es la priorización», aseguró Lou Crandall, el economista jefe de la compañía de Investigaciones económicas Wrightson ICAP LLC. El experto cree que el hecho de que la Reserva Federal reconozca la existencia de un plan alternativo para pagar intereses primero lo hace más plausible. Sin embargo, Crandall calificó esta idea de «realmente terrible».
Según este plan de contingencia, se pagará primero a los tenedores de deuda de EE.UU. y beneficiarios de la seguridad social, beneficios de veteranos y otras ayudas sociales. Todos los demás, incluyendo a contratistas del Gobierno y empleados federales, correrían el riesgo de sufrir retrasos en los pagos o de pagos parciales.
Crandall considera que «proponer pagar primero los intereses a los chinos, mientras dejan ‘tiesos’ los negocios y las familias a los que la Tesorería debe pagos no parece una estrategia política ganadora«.
La deuda de EE.UU. fue devaluada por la agencia S&P por primera vez en 2011. Y si el plan secreto de la priorización es usado por la Administración Trump, la calificación crediticia del país podría bajar de categoría una vez más, destacan los analistas.
Steve Kang, estratega de tasas de interés de la empresa de servicios financieros Citigroup Inc. considera que recurrir a la priorización significaría «sentar un precedente peligroso».
Mnuchin aseguró el pasado mes de junio en una entrevista con Bloomberg que el Congreso de EE.UU. «debería elevar el límite máximo para que no tengamos que hablar sobre la priorización». Asimismo, en el Congreso existe poco apoyo a esta medida.