James Cameron apoya la compra de artefactos del Titanic

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El director canadiense de cine James Cameron, autor de la película Titanic (1997), ha dado su apoyo a las autoridades de Irlanda del Norte para tratar de comprar una colección de más de 5 mil 500 artefactos del transatlántico a su actual propietario, que se ha declarado en bancarrota.

El gobierno de Belfast está dispuesto a invertir 14 millones de libras (15,7 millones de euros) en este intento, arropado por la campaña «Proyecto de Rescate» que se ha presentado hoy.

Además de Cameron, a la campaña se sumado también Bob Ballard, quien descubrió en 1985 el lugar exacto del hundimiento del barco tras años de expediciones.

Cameron ha explicado que su adhesión al proyecto, a través de su Fundación Alianza Avatar, es fruto de la «profunda responsabilidad» que siente hacia el malogrado transatlántico, construido en los astilleros de Belfast.

Su construcción, la historia de Belfast y el hundimiento del barco, que provocó mil 517 muertes, pueden conocerse en el moderno centro Titanic Belfast, que tiene la forma de cuatro proas, todas de la misma altura que tenía el auténtico buque desde la quilla hasta la cubierta.

Después de mantener encuentros durante el pasado año en la sede de la publicación National Geographic en Nueva York, que ha recaudado también fondos, Cameron, Ballard y el centro Titanic Belfast pusieron en marcha un plan para «adquirir y repatriar» la colección.

«Una de nuestras preocupaciones —cuenta Cameron en un comunicado— era que la colección se separase, que se vendiese a privados si los tribunales que tramitan la bancarrota permiten a la empresa venderla pieza a pieza».

 

En su opinión, los artefactos pertenecen al «patrimonio mundial» y son una «parte increíble de historia», por lo que sería una lástima que acabasen en manos privadas, fuera de la vista de la ciudadanía.

«Desde el momento en lo planteamos, la idea se ha convertido en un sueño, pero creo que tenemos muy buenas posibilidades (de hacerlo realidad)», destaca Cameron, quien opina que el regreso de la colección impulsaría la economía y el turismo de Irlanda del Norte.

El centro Belfast Titanic, recuerda, ya se ha convertido desde su apertura en 2012 en una «atracción turística conocida en todo el mundo: «No conozco un sitio mejor para la mayoría de los artefactos».

«Uno se siente responsable porque se quiere dar a conocer su historia adecuadamente, para honrar a los fallecidos y a la tragedia. Visité el lugar del hundimiento (en 1995) para rodar Titanic, pero salí con la sensación de que el propósito era más grande, que es contar la historia por cualquier medio. Una vez que el Titanic entra en tu vida ya no se va fácilmente», dice Cameron.

La preciada colección está en manos de una empresa estadunidense que se declaró recientemente en bancarrota.

El Museo Marítimo Nacional, Museos Nacionales de Irlanda del Norte, la Fundación Titanic y el Centro Titanic Belfast confían en que su iniciativa sirva para «preservar el legado» del famoso barco, cuyo viaje inaugural a Nueva York se vio interrumpido en la madrugada del 15 de abril de 1912 tras chocar con un iceberg frente a las costas de Terranova.