Por Miguel Santamaría
Reportero
Muchas acciones, muchos operativos y pocos, muy pocos sancionados. Seguramente ya se dio cuenta, que hablo de una dependencia que se ha convertido en un elefante blanco y que solo en temporadas vacacionales es cuando se hace notar.
La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), que por más operativos que se realizan los resultados son pocos casi imperceptibles, así lo reconoció el encargado del despacho Alejandro Martínez Castañón.
“No hemos aplicado sanciones de esa naturaleza sin embargo las pudiéramos aplicar, no el año pasado aplicamos prácticamente un total de 450 visitas de verificación en lo que correspondió a la temporada de cuaresma y Semana Santa, encontramos algunas irregularidades en hoteles que tenían por ahí algunas tarifas que no incluían los impuestos en la parte de la frontera que es ahí donde se da ese tipo de comportamiento”, argumentó.
El funcionario federal aclaró que las campañas que emprenden no son específicas a un solo giro comercial, todo lo relacionado con el periodo vacacional se tiene que vigilar.
Dejo entrever que anteriormente las sanciones impuestas por la delegación federal poco o nada les importaba a los empresarios pues si se querían se pagaban y si no, así quedaban.
“Ha claro obviamente pues como es un periodo vacacional pues hacemos visitas de verificación en hoteles, restaurantes, en agencias de viajes, líneas aéreas, líneas camioneras pues todo lo relacionado con la temporada y hasta el momento no hemos encontrado irregularidades como te comento hemos hecho una campaña que es más de prevención de acercarnos con los propietarios con los gerentes de los establecimientos y hacerles de su conocimiento cuales son las principales posiciones que tienen que respetar precisamente para evitar que se cometa una infracción y bueno ponerlos sobre aviso que si cometen una infracción va haber consecuencias como sanciones administrativas que bueno a partir de este año ya las cobra el SAT así que tienen un poquito más de miedo”, señaló.
Visitas y más visitas, acudir a la PROFECO es un calvario, y después de recorrerlo, en la mayoría de los casos la razón siempre la tiene el empresario o la tienda comercial, el tiempo perdido, el enojo y la decepción es lo único que el denunciante gana aseguran varios ciudadanos.