Con la llegada del Siglo XXI se perfiló la era digital en el mundo y con ello el sueño de la humanidad convertido en realidad: la capacidad de volar, tener la vista de un águila y llegar a lugares recónditos sin la necesidad de estar presentes. Esto, gracias a los drones.
Esta ave mensajera no tiene límites, va a donde la lleve la mente humana y es así como la realidad supera a la ficción; actualmente estos aparatos evolucionan constantemente al grado de que no sólo ayudan con la toma de fotografías y videos, sino que transportan objetos, llevan medicinas y alimentos a lugares de difícil acceso, además sirven para la construcción de caminos y carreteras, pues son capaces de elaborar mapas.
Pero el sueño de volar y de hacer la vida más accesible para la raza humana siempre va un paso adelante y ahora se han dado a la tarea de fabricar taxis voladores, basados en la tecnología de los drones.
Antes de ver plasmado el futuro no tan lejano en el presente, es necesario un respiro y hablar de cómo surgen los drones.
La palabra drone, en inglés, significa zumbido, y al parecer les nombraron así por el sonido que generan al volar.
INICIOS
Lo que hoy conocemos como dron tuvo sus orígenes en la idea de fabricar aviones no tripulados. En 1917 fue creado con fines militares el primer biplano no tripulado preprogramado, el cual fue diseñado por Charles Kettering, jefe de investigación de General Motors, con el propósito de hacer caer bombas.
El financiamiento para lograr este objeto fue otorgado por el Ejército de Estados Unidos, sin embargo, este avión sin pasajeros nunca fue utilizado
En la carrera por desarrollar aeroplanos no tripulados compitieron también Gran Bretaña y la Unión Soviética. Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando se utilizaron con gran éxito.
De los 50 a los 90 se fabricó el avión-blanco para ser usado como aparato de reconocimiento. Para la década de los 80 el auge de estos objetos disminuyó con el uso de los satélites, sin embargo, con la llegada del siglo XXI y la era digital aparece el MQ-9 Reaper, se trata de un avión no tripulado más rápido, alto y letal que empezó a producirse en el 2001.
AVE ESPÍA
Sin embargo, esta ave metálica por su tamaño y por la altura de tres mil metros que llega a obtener puede ser utilizado como un elemento de contraespionaje para la captura de delincuentes.
La Secretaría de Marina y Armada de México utilizó el modelo Arcturus T-20, considerado avión de rango medio no tripulado, con cargas útiles internas y externas para seguir los pasos en Michoacán de José Antonio «N», El Marro, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, quien fue capturado el pasado 2 de agosto.
Sólo para darnos idea de cómo es, este avión-espía está equipado con una cámara retráctil, con luz electroóptica e infrarroja que transmite video en tiempo real. Puede aterrizar en caminos de tierra, hierba, desierto o grava.
TAXI VOLADOR
El transporte de personas no podía quedarse atrás. En China están por sacar al mercado el EHang 184, un taxi volador que es autónomo y eléctrico. Dubai, Emiratos Árabes Unidos, será la ciudad donde se estrene una vez que pase su etapa final de pruebas.
Es más pequeño que un auto convencional, su peso es de 260 kilos y tiene ocho potentes motores. Puede transportar hasta 117 kilos y tendrá una autonomía para recorrer una distancia de 50 kilómetros. Está preparado para hacer un aterrizaje de emergencia en una zona segura gracias a las cámaras que lo integran.
Para aquellos que el dinero no es problema, el viaje tendrá un costo aproximado de 600 euros (15 mil 548 pesos mexicanos, de acuerdo con el tipo de cambio). Esta tecnología incluye que el pasajero puede elegir el punto de destino y la ruta dentro del área de alcance.
En este escenario de grandes avances tecnológicos Japón no podía quedarse atrás y se preparaba para que durante las Olimpiadas de Tokio 2020 los visitantes conocieran los taxis voladores, pero con la pandemia del Covid-19 la justa deportiva se suspendió junto con los planes de mostrar al mundo la tecnología de la era moderna.
A VISTA DE PÁJARO
En la actualidad, los dones se utilizan en muchos aspectos de la vida diaria. Uno de ellos es como una importante ayuda en la industria de la construcción donde van mucho más allá de tomar fotos del progreso de las obras.
“Los drones pueden integrarse a lo largo del ciclo de vida de un edificio, desde topografía hasta la gestión de propiedades y el marketing”, explica David Benowitz, director adjunto de la empresa DJI Enterprise, encargada de la fabricación de estos aparatos.
En entrevista con la Organización Editorial Mexicana (OEM), el experto expone que no cualquier persona puede volar un dron, ya que en muchos países se han establecido normas para su utilización en el espacio aéreo; «se necesita una capacitación adecuada para poder volar los drones. En el caso de México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha implementado regulaciones para pilotos de drones recreativos y comerciales NOM-107”.
«DJI recomienda que cualquier persona interesada en volar un dron con fines comerciales, esté familiarizada con las regulaciones locales y obtenga la certificación o licencia adecuada correspondiente al país en el que se planea operar».
Al respecto, Angélica Ortiz Artega, directora en el consorcio Uiyet, desarrolladora que construye el tren México-Toluca, comenta: «Creo que en nuestro país y en muchos países se están vendiendo los drones a quien sea, cuando nosotros trajimos el primer dron dedicado especialmente a ingeniería con capacidad de carga con más de cuatro kilos, la empresa que nos lo vendió nos investigó y nos investigó porque decía ‘¿cómo sé que no lo vas a usar para transportar droga?’, porque es tan preciso y es absolutamente automático el primer dron que trajimos a México, pues tu le metes el programas, el plan de vuelo y solito se va, él solito aterriza y solito vuelve a despegar y solito regresa”.