Destruyen tienditas del CEDES y recogen barricadas utilizadas como defensa

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Por Rafael Lazo Rodríguez

Reportero

Los efectos de la fuga del miércoles 22 en el CEDES de Victoria, dejó serias consecuencias en el interior del penal.

Como si fuera el túnel del tiempo, al pasar por el primer módulo varios internos solo miraban por los barrotes de hierro, murmuraban como queriendo decir algo pero las autoridades solo decían, “avancen por favor, es peligroso que se retrasen, es por su seguridad”, mientras la columna de reporteros avanzaban en busca de la noticia que ya se había generado.

Una pequeña columna de humo se apreciaba entre los módulos que se ubican  frente al campo de futbol, previo a ese lugar, el grupo de policías y reporteros cruzaban  por una especia de barricadas que un día antes, los internos habían formado para frenar los embates de las autoridades en esa batalla del motín.

En sacos de nylon, extraían la tierra que instalaban en macetas y rellenar pozos.

El interior en su primera parte, era un campo minado que no se modificó para ser testigo de la realidad que se vive hacia el interior de esos lugares.

Por delante, Evaristo Gutiérrez, encargado del área de comunicación de Secretaria de Seguridad, señalaba los sitios incendiados, mientras uno de los policías señalaba la ruta a seguir, una ruta en pedazos, el objetivo era llegar hasta el túnel por donde escaparon.

Para cruza esa área  se debía caminar por encima de láminas quemadas,  chonchones incendiados, mesas rotas, aparatos electrodomésticos despedazados  y demás objetos, esa, era  de la huella de una batalla campal generada el jueves.

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Para muchos compañeros comunicadores, haber cruzado hacia el interior, era un regreso a la vida laboral para comunicar esas historias reales en esos sitios, ya que desde hacía varios años,  no se le permitía los accesos a los medios de comunicación

El CEDES, lucia su verdadero rostro, el rostro real, durante el trayecto,  por otro pasillo, se permitió el ingreso que se dirigía al  módulo de las mujeres, ellas, de manera inmediata  solicitaron agua y comida, además de la visita de sus familiares.

Darío Tristán y su compañero de celda, solicitaron mayor atención en atención de salud y abogados de oficio debido al olvido que ahí existe.

El pequeño encuentro por la premura el tiempo en ese modulo, dio pie para que algunas a gritos señalaron que se necesita atención en el Penal, que el nuevo Gobierno, pinte una esperanza para los cientos de internas e internos que ahí se encuentran en este momento purgando algún tipo de condena.

Los talleres o tienditas por donde se fraguo el escape, no daba pie a lo creíble, en ese lugar, se respiraba grandes carencias, ahí, había cables cruzados de enérgica eléctrica, baños en condiciones infrahumanas y cuartos que se utilizaban como visitas conyugales y otro tipo de usos.

Toda la tierra, fue utilizada para formar áreas esos jardines y macetas en ese sector que se fugaron.

“Van a pasar en grupos para que tomen video graben y tomen fotos del túnel, y quien se quiera meterá lo pueden hacer”,  esas eran las indicación.

Sin embargo durante la espera, tres internos solicitaban las cámaras y las fotografías, querían hacer una declaración para las autoridades actuales.

“Queremos que en salubridad, pongan los ojos a los cedes de Victoria estamos muy mal, nos quieren curar con una aspirina, hay compañeros que necesitan diálisis que están demasiado afectado, le hacemos un llamado a Lidia Madero que envié a personal para nos atiendan”, dijo Darío Tristán

En estas condiciones vivan y hacían sus necesidades fisiológicos.

Además, reveló que existen decenas de internos que ya cumplieron con su pena, como el caso de él, pero al hacer falta abogados de oficio y un verdadero sistema de justicia penal, no han logrado revisar como se debe cada uno de los caso, ya que se encuentran las autoridades, anegados en otros temas.

“A mí me falta cuatro meses y nadie está revisando mi caso, solo vienen a la vista, pero no conocemos a los abogados de oficio, tenemos serios problemas en este Penal, queremos que nos revisen la situación, eso es lo que estamos pidiendo”, reveló.

La interna el módulo de Mujeres, solicitaba agua y comida.

El pozo cavado, contaba con una escalera fabricada de mezquite, además en su interior se localizó un abanico, el cual utilizaban para continuar cavando.

La tierra que por meses fueron sacando del hoyo cavado, fueron construyendo con ella, maceteros, y rellenaban algunas áreas que eran visiblemente notables para quien los custodiaba de manera diría.

Una máquina retroexcavadora derrumbaba parte de los sitios donde existía una serie de irregularidades.

Tras terminar el recorrido, de salida, una máquina retroexcavadora derrumbaba parte de las áreas dañas, en el que se construirá, una nueva fachada y terminar con ese aspecto de tristeza y falta de autoridad para mantener un mejor sitios, con menos carencias y con un mejor desarrollo en programas dirigidos  los internos que se han dejado de aplicar desde hace más de 10 años que se encuentra en el olvido.

Familias enteras se amotinaban en la entrada en busca que las dejaran pasar a ver a su familiar.

FOTO LAZO El Montículos de colchones, mesas, laminas y otros objetos que se incendiaron el jueves por la tarde noche.

En sacos de nylon, extraían la tierra que  instalaban  en macetas y rellenar pozos.

Darío Tristán y su compañero de celda, solicitaron mayor atención en atención de salud y abogados de oficio debido al olvido que ahí existe.

En estas condiciones vivan y hacían sus necesidades fisiológicos.

Toda la tierra, fue utilizada para formar áreas esos jardines y macetas en ese sector que se fugaron.

Las puertas, eran simples cobijas viejas por la carencia que se vive dentro del CEDES.

Antes de ingresar los reporteros para tomar algunas gráficas y gravar el pozo que cavaron los internos, personal policiaco reviso por segunda ocasión el sitio.

Una máquina retroexcavadora derrumbaba parte de los sitios donde existía una serie de irregularidades.

Por las ventanas del módulo, algunos reos observaban el paso de los medios de comunicación, mientras el policía realizaba su guardia.

La interna el módulo de Mujeres, solicitaba agua y comida.

Otro aspecto de la batalla que dejó  destrucción en el interior del CEDES.

Mediante una escalera hecha de Mezquite, bajaron los 19 internos fugados de los cuales 17 aún se encuentran libres en las calles.

Familias enteras se amotinaban en la entrada en busca que las dejaran pasar a ver a su familiar.